jueves, 16 de julio de 2009

UN GRITO SIN ECO


Me pregunto cuando dejaron de tener eco nuestros gritos de que pare la violencia, cuando aprendimos a caminar entre la violencia y de qué manera llegamos acostumbrarnos a tener una alta cifra día tras día en cuanto a los crímenes. A veces cuando estoy haciendo el alto en un semáforo me detengo a pensar cuantas de la personas que están a mi lado no están pensando lo mismo que yo y esperando solo que las balas retumben en nuestros oídos. Es ya algo tan cotidiano para nosotros y eso es lo más triste que terminamos acostumbrándonos a vivir día tras día con el temor de estar en medio de una balacera o hasta de ser nosotros mismos las víctimas de un asalto o secuestro que vino a completar lo que ya vivíamos en cuanto al crimen organizado. Lo triste es que aunque trajeron miles de soldados y a forma de broma hasta se dice que Juárez desde las alturas antes se veía café, por lo seco y árido y ahora se ve más verde que la selva , lo cierto es que aunque muchos quieran hacer su trabajo pareciera que esto no da resultado por ningún lado por donde se le busque atacar y parar la horrible violencia que ya vivimos , nuestros hijos tal parece que ya ni se asustan con las escenas del crimen que desgraciadamente te tienes que encontrar en algún punto de la ciudad ,cuando dejo de hacer eco nuestro llamado a fomentar la paz? Cuando dejo de importarnos el dolor ajeno? Y más aun cuando nos dejo de importar que nuestros hijos lo vean como algo normal, como un modo de vida, NO! yo digo que no s normal que la gente se mate una a otra ,yo digo qué no es normal que lo veamos normal y también pienso que jamás de los jamases será normal darnos por vencidos de buscar la paz y digo que no debemos dejar que esto nos haga inmunes al dolor debemos de gritar mas fuerte hasta hacer un eco y seguir buscando la manera de tener cifras blancas, debemos seguir luchando por volver a tener una ciudad segura un México seguro , yo espero algún día pararme en un semáforo y voltear mi lado y ver una sonrisa en el otro auto y no una cara de miedo de que quizás el que está tu lado es posible ejecutable suena feo pero así nos miramos unos a otros ya, de verdad bien dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido, y así es no sabíamos apreciar nuestros días de tranquilidad por andar siempre a prisa ocupados por todo menos por lo más importante darnos el tiempo de fomentar confianza, amistades, cariño y sobre todo una familia y unos hijos bien cimentados y no ver esto las calles llenas de delincuentes menores de edad de ejecutados menores de edad y bueno todo tiene consecuencias y lo de atrás lo tuvo el no darles tiempo a nuestros jóvenes o niños. Ahora a buscar el remedio que creo aun esta en mucho de lo que podamos hacer uniéndonos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tienes razón. No podemos, o más bién, no debemos llegar al punto de tomar lo anormal como normal, lo malo como algo tolerable. De ser así, es como irse haciendo uno de ellos, de esos asesinos que no saben que ya están muertos, que matan sin pestañear porque hasta su conciencia está cauterizada. Dios nos llamó a amar al prójimo, a respetar la vida nuestra y de los demás. Eso es lo normal y debemos encargarnos de que no se nos olvide ni a nosotros ni a nuestros hijos.