! No me dejes en el olvido!, con cuanta frecuencia nos encontramos en las calles a esos seres que en algún momento de su vida nos dieron su tiempo y si tienen suerte, algunos son abandonados en un asilo pero de igual manera olvidados. Esos seres a los que me refiero son nuestros ancianos que aunque llegaron a ocupar un lugar muy importante en alguna etapa de nuestra vida cuando podían ser útiles, pues llego el momento en que decidimos que ya no lo eran y se habían convertido en estorbos. Podrá sonar muy cruel la manera en que lo planteo pero desgraciadamente así es. Miles de ancianos quizás millones en el mundo entero son tratados de manera cruel e insensible, algunos abandonados, otros usados para pedir limosna en las calles y algunos otros golpeados por sus propios familiares. Y muchos de ellos los que mejor les va si se le puede ver de esa forma son olvidados en asilos. No logro entender en que momento las personas podemos llegar a ser tan insensibles como para tratar de esa manera a quien nos dio la vida, a quien nos dio su tiempo, amor, cuidado, a quien nos alimento con toda la paciencia del mundo cuando no podíamos hacerlo por nosotros mismos, en que momento olvidamos que ellos alguna vez nos limpiaron una lagrima al ver que sufríamos por cualquier cosa que fuere, quien tuvo la paciencia de enseñarnos a caminar, decir nuestras primeras palabras, y no solo hablo de nuestros padres que quizás ya sean ancianos hablo también de nuestros abuelos que quienes tuvimos la dicha de tenerles ya sea por algún tiempo o aun tenerles en vida ellos nos dieron su amor su paciencia y porque no nos consintieron tanto y mucho mas que nuestros padres por ahí se dice que los abuelos están para consentir a los nietos y en lo personal lo creo. Yo tuve la dicha de conocer a todos mis abuelos y algunos tatarabuelos y solo puedo decir que agradezco a Dios por sus vidas, agradezco sus enseñanzas y aun puedo recordar con nostalgia cada historia maravillosa que llegue escuchar de alguno de ellos, aun guardo en mi memoria cada caricia de ellos, recuerdo que me gustaba tocar sus manos y levantar su piel ya flácida y maltratada por el tiempo. Cada momento cerca de ellos dejo una enseñanza en mi vida. Y cada momento a su lado ya fuera triste o alegre lo guardo en mi corazón como un tesoro algunos ya no están pero doy gracias a Dios el haberlos tenido aunque fuesen solo unos años y si, quizás no todos tenemos la dicha de tener abuelos o padres buenos quizás algunos fueron duros otros quizás simplemente no estuvieron o decidieron abandonar su familia o quizás aun peor maltratar de alguna manera o hacer daño. Créanme ellos entregaran cuenta de eso. Pero ahora me quiero referir a quien sin motivo alguno maltratamos a nuestros ancianos y en maltrato caben muchísimas maneras de hacerlo. No olvidemos que algún día seremos viejos y al igual que a ellos nos lastimaría el olvido de quien tanto amamos, nuestros hijos. Yo me pregunto acaso no vemos que ellos aunque quizás se han vuelto un poco lentos, quizás ya no razonan igual, a veces cometerán torpezas, algunas otras nos derramaran la leche sobre la mesa, otras nos repetirán lo mismo por horas, esas cosas no te traen de casualidad a tu mente que eso sucedía con nuestros hijos, me refiero a los que los tenemos, y que tal si te regresas a tu infancia eso mismo ocurrió con nosotros cuando comenzaba nuestra vida y ellos con todo su amor y paciencia no nos dejaron olvidados en alguna esquina, y tampoco decidieron solo llevarnos a algún lugar para que se hicieran cargo de nosotros y visitarnos cada fin de ano y después cada dos y así hasta olvidarnos. Ellos; nuestros ancianos merecen todo nuestro amor, respeto, atención y sobre todo cuidado y un cuidado lleno de amor y paciencia. No lo olvides algún día seremos ancianos. Hay que recuperar la sensibilidad de poder sentir el dolor en los corazones de quien nos dieron todo. En ocasiones pienso ¿a quien llamare el día en que me sienta triste y ya no este esa voz al otro lado del teléfono para confortarme? Yo no tengo la dicha de tener a mí padres cerca de mi pero aun y con todo me conforta saber que puedo tomar el teléfono y ahí estarán cuando yo los necesite, creo que quien no aprovechemos para decirles cuanto les amamos y necesitamos teniéndolos en vida, perdemos el tiempo después llorando en una tumba. Abrázales y ámales mientras estén aquí y créeme el día que ya no lo estén no tendrás que lamentar el no haberlo hecho.
Clamemos Más por Nuestra Patria
Hace 15 años
1 comentario:
Claudia:
Muy bueno tu post, porque es muy cierto todo lo que expresas en él.
Sabes que cuando yo estaba en la universidad para un trabajo de la materia de Estadísticas tuvimos que hacer un trabajo de investigación y elegimos precisamente el tema de los ancianos.
Fue una experiencia muy fuerte en la que aprendimos muchísimo porque visitamos hospitales y el asilo de ancianos en Senecú y para mi en lo personal fue muy impresionante ver como hay viejitos llenos de sabiduría o que se mueren porque alguien les ponga un poco de atención y los escuche aunque sea un ratito y más sorprendente aún fue encontrar en el Hospital General el caso de un señor que no tenía todavía los 60 años y ya había sido abandonado por su familia en el hospital, fueron y lo aventaron ahí y ya no volvieron a pararse ni para ver si necesitaba algo.
Es muy cruel también ver en las calles a los ancianitos vendiendo chicles o pidiendo limosna, porque muchas veces son personas que si tienen familia, pero que como bien dices tu en el post, sus hijos se olvidan de ellos y tienen que sobrevivir como puedan, cuando toda su vida probablemente se dedicaron a trabajar y dejaron de lado sus propios sueños para sacar adelante a sus familias que les pagan con ingratitud.
Por último (y ya para no hacer más largo este comentario), te comento que hay una canción de Laura Pausini que habla de eso, y se llama "En Los Jardínes Donde Nadie Va" (tal vez más adelante la ponga en mi blog).
Gracias como siempre por publicar cosas que nos hacen reflexionar.
Que tengas buen inicio de semana.
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