Siendo yo nada, tu mirada posaste sobre mí.
Y tu mano sentí sobre mis heridas.
Sanaste mi corazón destrozado, y entre tanto dolor
Pude sentir tu amor.
Un amor incomparable, un amor inexplicable
Y con ese mismo amor me diste una esperanza
La esperanza de saber que más allá de todo dolor
Siempre estarás tú.
Gracias por tu infinito amor, porque siendo yo
Solo un pecador en tu misericordia pusiste tu mirada en mí.
Y por ese gran amor decidiste morir en la cruz.
Hoy te doy gracias señor. Por haber comprado
Con tu sangre mi salvación y darme tu perdón
Hoy te ofrezco yo mi vida con pasión.
Y tu mano sentí sobre mis heridas.
Sanaste mi corazón destrozado, y entre tanto dolor
Pude sentir tu amor.
Un amor incomparable, un amor inexplicable
Y con ese mismo amor me diste una esperanza
La esperanza de saber que más allá de todo dolor
Siempre estarás tú.
Gracias por tu infinito amor, porque siendo yo
Solo un pecador en tu misericordia pusiste tu mirada en mí.
Y por ese gran amor decidiste morir en la cruz.
Hoy te doy gracias señor. Por haber comprado
Con tu sangre mi salvación y darme tu perdón
Hoy te ofrezco yo mi vida con pasión.
1 comentario:
Hola Claudia
Simplemente inspirado, verdaderamente es bueno saber que tenemos un Dios misericordioso.
Dios te bendiga, guarde y permita regar sus campos áridos con tu poesía.
Atte. Javier, Costa Rica
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